La vaca Canaria o Basta es, junto a la Palmera, una de las dos razas autóctonas de ganado vacuno del archipiélago y en el Catálogo Oficial de razas de España está considerado como raza amenazada o en peligro de extinción.
Originariamente, la raza Bovina Canaria se crío como un animal de triple propósito: leche, carne y trabajo, asociada a un sistema de producción de economía familiar, pero en su proceso de recuperación el interés generado por la participación en los concursos de arrastres y las romerías por un número importante de criadores (el 63%), ha tenido un rol muy importante.
Sin embargo, existe un grupo de ganaderos bien identificados dentro de la Asociación (aproximadamente un 37%) que mantienen el interés en la producción de leche y ordeñan sus vacas.
La importancia que tienen los arrastres para la conservación de la raza Bovina Canaria está ampliamente documentada. Las administraciones insulares, a través de las ayudas que reciben estos eventos, han fomentado a que nuevos ganaderos críen esta raza para acudir a los arrastres. Un hecho clave en la consolidación de los arrastres es la creación en el año 1992 de la Federación de Arrastre Canario (Decreto 51/1992 publicado en el B.O.C. del 6 de mayo de 1992), que organiza esta actividad a través de sus delegaciones en Gran Canaria, La Palma y Tenerife, llevándose a cabo todos los años distintos concursos de arrastre en las dos islas capitalinas.
Lo mismo podemos afirmar sobre la participación de los socios de A.C.A. en las romerías, en donde las carretas son tradicionalmente tiradas por animales de la raza Bovina Canaria.
La Vaca Canaria es un claro ejemplo de una raza autóctona ligada al acervo cultural del archipiélago y este ha sido la mayor motivación para su recuperación.
Desde 1999 la Asociación Canaria de Arrastre, Fomento y Crianza de Ganado Basto, y Nacional de Criadores de Vacuno Selecto de la Raza Canaria (en adelante ACA), es la organización encargada de la gestión de su Libro Genealógico y su Programa de Conservación.
La Reglamentación Oficial del Libro Genealógico para la raza Bovina Canaria se publica en mayo del año 2003; en ella además de las distintas secciones o registros en que se divide el libro se detalla el estándar racial, el listado de defectos descalificatorios y defectos objetables, junto a las regiones corporales en que se divide el animal para el proceso de valoración morfológica, como también los coeficientes de ponderación de cada una de esas regiones. Basándose en esta reglamentación, los técnicos de A.C.A. han estado inscribiendo los ejemplares en el Registro Fundacional, Registro de Nacimientos y el Registro Definitivo.
Con el fin de adaptarse al Reglamento (UE) 2016/1012 del Parlamento Europeo y del Consejo de 8 de junio de 2016, el Programa de Conservación vigente (aprobado el 5 de agosto de 2014) es sustituido por el Programa de cría de la raza Bovina Canaria el cual entró en vigor en el año 2019.
Este Programa de cría tiene la finalidad de conservar y de mantener la variabilidad genética de la raza.
La Vaca Canaria se crío en sus inicios como un animal de triple propósito, pero a pesar de que en la actualidad la mayor parte de los criadores no buscan una finalidad productiva de sus animales, la producción de leche y de carne de los animales adultos gana un cierto interés como producto secundario.
En base a ello ACA encomendó en el pasado una serie de estudio sobre la productividad de la Vaca Canaria: producción y composición de la leche, frecuencias alélicas del gen de la K-caseína y del gen de la ß lactoglobulina y calidad de la carne.
En este estudio, la producción media de leche en las vacas de la raza Canaria fue de 2.495,07 ± 1.088,51 Kg. en 196,86 ± 44,70 días de lactación (unos 6 meses y medio). La producción media de leche al día estuvo en torno a los 12,38 ± 4,15 Kg/día.
Destacan en estos valores la gran variabilidad encontrada para estos parámetros productivos.
En cada control lechero se tomaron muestras por la mañana para el análisis de grasa, proteína, lactosa, sólidos totales y sólidos totales no grasos, contenidos en leche.
Los porcentajes medios para cada uno de estos parámetros fueron: 3,73 % para la grasa; 3,60 % para la proteína; 4,35 % para la lactosa; 13,08 % para los sólidos totales y 9,15 % para los sólidos totales no grasos.
De estos datos llama la atención el bajo porcentaje de grasa en leche para una raza no especializada en la producción lechera como lo es la Canaria.
La composición proteica de la leche es un factor de importancia al momento de determinar su rendimiento industrial.
La caseína es la más importante de ellas y comprende cuatro familias de polipéptidos: las αs1, αs2, αs3 y K Todas ellas representan el 80% del total de las proteínas lácteas; el 20% restante corresponden a las proteínas del suero.
Estudios genéticos moleculares realizados en vacuno de raza Holstein Friesian, permitieron descubrir la existencia de genes de efecto mayor que afectan la síntesis y las propiedades de algunas de estas proteínas.
En el caso de las K-caseínas existe un gen de localización autosómica, que afecta de manera importante las propiedades queseras de la leche. Este gen presenta dos alelos: A y B; la leche de vacas homocigotas BB tiene un mayor rendimiento quesero, su cuajada es más firme y menores son los tiempos de coagulación cuando se compara con la leche de animales homocigotas AA o heterocigotos AB.
En el caso de las ß lactoglobulinas, existe otro gen autosómico de efecto mayor con dos variantes alélicas: A y B. El alelo A promueve una mayor producción de leche mientras que el alelo B se asocia a una mayor producción de grasa, caseína y una mayor relación caseína/proteína total.
El estudio sobre estos dos genes en la raza Canaria, se realizó a partir de un muestreo representativo de la variabilidad genética de la población de ambas islas capitalinas. Ciento treinta y dos animales, machos y hembras, fueron sangrados y sus muestras se enviaron a genotipar al laboratorio de genética molecular.
Las frecuencias alélicas y genotípicas de estos animales se presentan en el siguiente cuadro:
Cuadro 3. Frecuencias alélicas y genotípicas para el gen de la k caseína y la b lactoglobulina en la raza Bovina Canaria
Gen | Frecuencias alélicas | Frecuencias genotípicas | |||
A | B | AA | AB | BB | |
k-caseína | 0.67 | 0.33 | 0.45 | 0.43 | 0.12 |
b-lactoglobulina | 0.31 | 0.69 | 0.09 | 0.47 | 0.44 |
Con estas frecuencias alélicas parece ser relativamente fácil llevar una selección a favor del alelo B para el gen de la ß lactoglobulina que es el que tiene un efecto positivo sobre las producciones de grasa y caseína, además de una mayor relación caseína/proteína total. Esto es importante en el caso de procesar la leche para la producción de distintos subproductos.
Por pedido de ACA se realizó un estudio sobre la calidad de la carne de la raza Bovina Canaria. En este estudio se analizaron muestras de carne de la raza bovina, de otras razas autóctonas y otras razas no definidas pero compradas en el circuito comercial. Los resultados destacan que en características como: la grasa intramuscular, la jugosidad y las pérdidas a la cocción, la carne de la raza Canaria tiene unos niveles superiores en relación a las otras razas.
Basados en estos resultados, los técnicos responsables del estudio afirman que por su calidad la carne de la raza Canaria es un producto superior.
Si bien la producción de carne en la vaca Canaria es una producción residual (generalmente se sacrifican los animales de más edad que se van quitando de las cuadras), a nivel comercial existe una cierta preferencia de los consumidores por su compra, pudiendo ser interesante revalorizar el producto con un sello diferenciador como puede ser el de “Raza Autóctona 100%”.
Aspecto general: la raza Bovina Canaria agrupa animales de perfil recto o subconvexo, tamaño medio a grande, proporciones alargadas, poca masa y mucho hueso. Es una raza rubia, con desviaciones aberrantes hacia el tipo moreno y en ocasiones leonado. Los ejemplares están bien proporcionados con acusado dimorfismo sexual y un marcado desarrollo del tercio anterior.
Productivamente la raza está considerada como de triple aptitud: trabajo, leche y carne.
Rústica, sobria, longeva y de carácter manso, representa un valioso componente de la explotación agraria con la doble misión de aportar la fuerza motriz para los cultivos y ser instrumento revalorizador de los subproductos que genera éstos.
Cabeza alargada, de tamaño mediano a grande, frente plana con testuz poco saliente. Cara un tanto estirada y de morro ancho. Encornaduras bien desarrolladas en gancho, de color acaramelado o blanco o blanco de cepa y pala y oscurecimiento distal, y de nacimiento un poco por detrás de la línea de prolongación del testuz. Orejas horizontales y amplias, con pelos en su interior. Ojos grandes con orbitas poco salientes.
Cuello corto, fuerte y con papada manifiesta que nace por detrás del belfo inferior.
Cruz elevada pero llena.
Dorso y lomo: de musculatura deficitaria y no siempre bien dirigidos. Línea dorsolumbar algo más elevada del tercio posterior.
Tronco: largo, potente y armónico.
Pecho ancho y tórax profundo, costillares semi arqueados y vientre amplísimo, más recogido en los toros.
Grupa amplia, horizontal con atenuado realzado de la palomilla.
Cola de nacimiento algo adelantado, de maslo grueso y borlón discreto normalmente de tonalidad más oscura que la capa y por debajo de los corvejones.
Sistema mamario desarrollado, si bien los parámetros de inserción, simetría, posición de pezones etc., no alcanza la expresión propia de las razas lecheras especializadas.
Extremidades y aplomos: extremidades fuertes, de altura media. Espalda plana, brazo y antebrazo poco musculado, radios distales de longitud media. Nalga recta o bien excavada, muslo discreto y pierna larga. Pezuñas grandes, por lo general de color ámbar o tonos claros, pero pueden darse variantes estriadas e incluso uniformemente oscuras, que serían explicadas por el juego genético de sus ancestros. Aplomos aceptables.
Piel, pelo y mucosas: la piel es gruesa y fuerte, despegada del subcutáneo. El pelo corto con discreta expresión mayor en el tupé y el borlón.
Mucosas despigmentadas, si bien existen individuos bocinegros.
Capa: la capa es rubia con distintas graduaciones, incluyendo tonalidades que oscilan desde el rubio muy claro hasta el retinto. Las capas menos pigmentadas presentan coloración uniforme con degradaciones en la región naso labial, vientre, bragada, axilas y extremidades. Presentan decoloraciones en la región periocular (“ojo de perdiz”) y zonas bajas del tronco (“axibraguilavado”). También, pero de menor importancia etnológica, arboladuras y rodaduras (“rameado” y “empedrado”).
Aquellas que viran hacia las variantes oscuras suelen presentar intensificación de color a nivel de pitones, borlón y pezuñas negras. Las mucosas pigmentadas aparecen tanto en las capas claras como las oscuras. Las manchas blancas sobre la ubre y bajo vientre no son raras. En expresión opuesta algunas variantes oscuras van asociadas con intensidad pigmentaria centrifuga como las ya indicadas y otras (expansión proporcional del color de las astas, cúpula testicular, escarapela vulvar, etc.) propias de la capa castaña si bien los extremos se mantienen sin oscurecer.
Formato y apariencia: el buen desarrollo corporal se traduce 600 Kg. en las vacas y 1.000 Kg. en los toros de peso vivo, no difícilmente superables. La bibliografía así lo atestigua. Los sujetos de esta raza, no obstante, su triple aptitud y las limitaciones que impone la producción de trabajo, manifiestan cierta afinidad con el tipo lechero, tanto por el desarrollo mamario como por su silueta corporal.
Son considerados Defectos Objetables (restan puntos en la valoración del ejemplar), en la raza Bovina Canaria:
Son considerados Defectos Descalificables (eliminan directamente al ejemplar), en la raza Bovina Canaria: